Hice este postre para celebrar el día de la Romería de la Virgen del Puerto, que era mi santo.
Para que todos pudiésemos comerla, sin excepción, decidí hacerla con leche sin lactosa, porque mi hija no la tolera pero la leche frita es uno de sus postres preferidos. No me gusta tampoco la leche frita que lleva como ingrediente la harina de trigo, la harina de maíz le proporciona una suavidad muy especial que no se consigue con la de trigo.
Esta receta es muy fácil de hacer lo único que debéis manejar con cuidado es la leche cuando la paséis por el huevo y la maizena, no freirla demasiado, tiene que quedar un bonito color dorado. Espero que os guste y que volváis a hacerla en repetidas ocasiones.
Ingredientes:
1 litro de leche entera sin lactosa (Kaiku, Pascual..etc)
1 ramita de canela
1 cáscara de limón
1 cáscara e naranja
200 gr. de azúcar
100 gr. de maizena
1 chorrito de anís (opcional)
3 huevos
maizena para rebozar
Preparación:
En una cacerola ponemos a calentar la leche, reservaremos un poco para desleír la maizena, las cáscaras del limón y naranja, el azúcar, una rama de canela y opcional el chorrito de anís.
Pesamos 100 gr. de maizena, la añadimos a la leche que tenemos reservada, la diluimos muy bien para que no queden grupos y lo pasamos a la cacerola antes de que la leche rompa a hervir.
En pocos minutos, y sin dejar de mover, empieza a engordar y cuando espese la retiráis del fuego y sacáis la rama de canela y las cáscaras de limón y naranja.
Forramos un molde con film transparente, que nos va a facilitar el desmoldado, y vertemos la leche procurando que se rellene bien por todos los lados. Lo dejamos en la nevera que se enfríe, yo lo dejé un día.
Lo volcaremos sobre una bandeja y retiramos el film transparente, procuraremos cortar con un cuchillo largo los trozos iguales, tanto en horizontal como en vertical.
En un bol o plato batimos los huevos y en otro añadimos un poco de maizena para rebozar la leche.
Vamos metiendo, despacito, la leche en maizena y luego en el huevo, sin apretarla porque se nos rompería.
Freímos en abundante aceite, yo utilicé aceite de oliva suave, pero sin echar muchos trozos porque se juntarían unos con otros. Cuando empiecen a dorarse los retiramos y los colocamos en un plato con papel de cocina para que escurra el aceite. Limpiamos los trocitos de leche del sobrante del huevo.
Mezclamos en un plato o en un trozo de papel albal azúcar y canela en polvo y en esta mezcla finalmente rebozaremos la leche frita.
Ya tenemos la leche frita, lista para servir y acompañar con natillas, con chocolate, con helado, así según está, en definitiva como más os guste.